lunes, 15 de diciembre de 2008

Perfiles

El diagnóstico establecido: Depresión tricíclica con síndromes compulsivos y obsesivos. Fobias: llegar a ser, en cierto nivel del proceso, esquizofrénico como su padre
Este es el panorama que enfrenta a diario Mariano Andrés Gauna de 34 años, Licenciado en Filosofía y Letras y ex profesor de Teoría Literaria en la UBA (Universidad de Buenos Aires).
"Ferviente lector de Cortázar y Arlt. Amante de la música de Chopin, de los barriletes y de los cigarrillos negros. Con humor ácido, negro e incoherente. Mirada perdida y cargada de añoranzas". Así lo define a Gauna, su madre, Graciela Demozzi.
Mariano, nació el 3 de Abril de 1970 en la localidad de Lomas de Zamora. Toda su infancia y adolescencia, se vieron marcadas por los trastornos mentales de su padre, Oscar Gauna, y su "supuesta" sanación por medio de las iglesias evangélicas. También, se vieron marcadas por los rasgos tempranos del desarrollo de esa enfermedad en su hermana Lorena, dos años menor que él.
Mariano, al recordar, tiene el aspecto de ser un estudiante eterno. Estudiante de su propio ser. Un gesto ambiguo entre la realidad que vive a diario y la que quisiera vivir: "No tuve una infancia-adolescencia si se puede decir normal, luchaba a diario con la imágen patética que mi viejo y mi hermana dibujaban en el ambiente de mi casa".
"Se la pasaba leyendo o remontando barriletes. El era feliz así". Dice su amigo del barrio y de toda la vida, Miguel Pereyra
Al terminar el secundario en la Escuela Nacional de Comercio de Adrogué. Mariano, se recibió de Perito Mercantil. Recién salido del secundario se anotó en la carrera de Licenciatura en Filosofía y Letras. "Me anoté en esa carrera porque me encanta leer, veo en la literatura un modo de evasión. La literatura como herramienta para multiplicar miradas críticas. La ficción como una manera de expresar un malestar con el mundo tal cual es... Cuando era chico me la pasaba leyendo, imaginándome mundos paralelos o remontando barriletes para escaparme un poco de todo lo que pasaba en mi casa. De adolescente, me refugié en el consumo excesivo de alcohol y drogas. De grande... ¿De grande?, no pude escapar y... bueno, acá estoy". ("Acá estoy" refiere al centro psicoasistencial en el que permanece internado desde hace ya siete meses), argumentaba Gauna.
"Yo era consciente de los problemas que tenía para aceptar la realidad que me tocaba vivir, pero así y todo, seguía en la misma: estudiaba, daba clases, trabajaba, me saturaba de cosas. Nadie, fuera de mi casa, se imaginaba a un Mariano inseguro, fóbico y un tanto depresivo", comentaba Mariano.
El 20 de Octubre del 2003, Gauna tuvo una fuerte discusión con un colega, Miguel Silvetti. "Esa discusión me marcó. Me hizo dar cuenta de que no estaba bien, que necesitaba ayuda. Me hizo ver que estaba teniendo desde hace un tiempo los mismos comportamientos de esquizofrénico que mi viejo y mi hermana y que a mí tanto me molestaban y causaban fobia", comentaba el ex profesor.
Según comentó la madre, Mariano ya no se sentía bien cuando volvió de trabajar ese 20 de Octubre. Al otro día por la mañana lo invadió una crisis nerviosa, suicida y asmática. Es por eso que desde entonces, ya no es más profesor de la UBA y se encuentra internado en el Centro psicoasistencial S.I.A.R.C (Psicoasistencia para la Recuperación de Crisis) en el barrio de Almagro, desde donde él se permite volar; lejos pero sin drogas y alcohol. Desde donde se le permitió inaugurar el 1º de Mayo el taller de creación de barriletes "Barrileteando".
"Yo siempre fui un fana de los barriletes. A los 12, ya me había fabricado un par con caña y papel. Ahora, acá, los uso como mi modo más legítimo, aparte de la lectura, de evadirme a medias de todo, como para desenchufarme, como para remontar mi imaginación, nuestra imaginación. Lo bueno de los barriletes, es que podés hacer lo que quieras: bajar, subir, volar. Esa es la principal tarea de este taller, que nos permita aceptar nuestro mundo jugando", comentaba entusiasmado Mariano mientras remontaba su barrilete.